Estimados celestinistas,
En la siguiente dirección hay un nuevo artículo de Miguel Garci-Gomez
titulado "Identificación de el ximio [eximio], abuelo de Calisto"
http://aaswebsv.aas.duke.edu/celestina/CELESTINA/ENSA/EL%20XIMIO,%20EXIMIO.…
Enrique Fernandez
Associate Head
Dept. of French, Spanish & Italian
University of Manitoba
Winnipeg, MB, R3T 2N2, CANADA
Enrique_Fernandez(a)umanitoba.ca
EL PAÍS - Cultura - 08-04-2006
ENTREVISTA: ALINE SCHULMAN
OCTAVI MARTÍ - París
http://www.elpais.es/articulo/cultura/lenguaje/Celestina/explota/desgarra/d…
"El lenguaje de 'La Celestina' explota, se desgarra, deja que se asome
otra verdad"
Traductora Aline Schulman ha traducido al francés a diversos autores
españoles pero su nombre pasó a gozar de una cierta popularidad entre
los medios literarios cuando se atrevió a proponer una nueva traducción
francesa del /Quijote/ que hacía más accesible a los lectores un texto
fundador de toda la novela moderna. Ahora, Aline Schulman ha hecho lo
mismo con /La Celestina,/ que edita Fayard con prólogos de Juan
Goytisolo y Carlos Fuentes.
*P.* El lenguaje que utiliza Fernando de Rojas es engañosamente popular.
*R.* La complejidad del texto, para un lector actual, no deriva de los
términos empleados sino sobre todo de la sintaxis, que es distinta de la
que utilizamos ahora. El lenguaje de Rojas es más bien culto y elaborado
pero, de vez en cuando, explota, se desgarra, deja que se asome otra
verdad. Hay que tener en cuenta que /La Celestina/ es una parodia
constante, que Calisto y Melibea son dos caricaturas de los
protagonistas clásicos de historias de amor cortés. Rojas habla en serio
y, al mismo tiempo, lo pone todo en cuestión. Todo el texto es paródico.
*P.* ¿Las traducciones francesas existentes no transmitían esa noción de
doble impostura que usted destaca?
*R.* No. La más reciente, que era la de Pierre Heugar, databa de 1963 y
es muy literal, pensada para estudiantes de Hispánicas pero no para un
lector que quiera disfrutar leyendo la obra. Mire, he utilizado diversas
ediciones de /La Celestina/ para llevar a cabo mi trabajo, más o menos
anotadas, y las explicaciones que se dan a través de la notas casi nunca
me eran útiles. Quiero rescatar por eso una nota muy iluminadora de la
edición de Francisco Rico. Hay un momento en que el personaje de
Celestina le habla a Parmeno y comienza por citar a Séneca, como un
argumento de autoridad irrebatible. Rico, en su nota, hace constar que
las palabras que la alcahueta atribuye al romano son, en realidad, de
Aristóteles. Hoy eso se nos escaparía si no fuese por la erudición de
Rico y es lástima porque indica el tono del texto, su clave de burla, de
parodia.
*P.* Embarcarse en una traducción comporta sin duda un tipo de relación
especial con el texto que ha de hacer evidentes cuestiones de autoría o
secretos religiosos...
*R.* Jean Paulhan, que escribía maravillosamente y que durante tantos
años se ocupó de Gallimard, decía que "los traductores, cuanto más
tontos, mejores". Y es verdad. Antes de empezar a traducir no quiero
saber demasiado del texto, no leo sobre él, me gusta irlo descubriendo a
medida que lo traduzco y me va planteando sus enigmas. Procuro evitar
ciertos escollos típicos. Por ejemplo, el de la primera frase. Si
hubiese empezado por aquello de "En un lugar de La Mancha, de cuyo
nombre no quiero acordarme", aún estaría en la primera página del
/Quijote/ y lo mismo me hubiese ocurrido de obsesionarme con "En esto
veo, Melibea, la grandeza de Dios". En francés, literal, no funciona,
pero la solución la encuentras cuando llevas ya una relación larga con
el texto, cuando ya has resuelto otros problemas. Sólo en ese momento te
atreves a escribir: /"En cet instant, Mélibée, je reconnais que Dieu est
grand",/ que introduce de manera explícita una referencia temporal y
formula de otro modo la referencia a Dios.
*P.* En lo referente a la cuestión religiosa....
*R.* En dos momentos Celestina se refiere a su pasado, a cómo vivía
veinte años antes. Una de sus antiguas amigas rememora esa época. Se
trata de hablar, sin decirlo, de esa época en que aún no existía la
Inquisición, en la que no se perseguía a los judíos. Rojas vio cómo su
padre era detenido, maltratado y quemado vivo por ser /judaizante./ Él
tenía 12 años. Cuando remite a veinte años atrás se refiere a eso, a
antes de que, en nombre de Dios, se decretase prisión, tortura, expolio,
deshonor público y muerte de su progenitor.